Sección: REGIONAL MADRID

Edición: NACIONAL

El Mundo

Pag. 14 11/02/2006

ALFREDO MERINO 

 

 

 

 

 

SENDA DE MERINAS

Tras los pasos de las ovejas 200 km. a la redonda. Este camino permite el aparente milagro de poder llegar caminando desde la capital madrileña a la Sierra de Guadarrama. Hoy describimos su primera parte, que cruza de punta a punta la Casa de Campo

 

 

Madrid. Rutas verdes. Senda de Merinas (1ª parte)

Unos paseantes cruzan el Puente de la Culebra, que salva el arroyo de Meaques al poco de que éste entre en la Casa de Campo. / REPORTAJE GRAFICO: MARGA ESTEBARANZ La opción más recomendable para acceder al inicio de esta ruta es utilizar el Metro, hasta la estación de Lago. Lago de la Casa de Campo. Flamencos del zoo tomando el sol. Ermita de San Pedro, junto al zoo.

 

 

 

 

 

 



Hace media docena de años la capital era un espacio cerrado. Las carreteras que rodean su perímetro son una cárcel de asfalto que hacía prisioneros a sus habitantes, quienes si querían salir de paseo al campo, necesariamente tenían que utilizar el coche, o algún otro medio de transporte público, para llegar a la naturaleza.
Gracias a la iniciativa de un colectivo de andarines, nació primero la Senda Real, camino que lleva desde el Palacio de Oriente hasta la Pedriza del Manzanares, cruzando espacios tan singulares como El Pardo y las rampas colmenareñas. Lamentablemente, las obras del tren veloz hacia Segovia han roto de momento su trazado.
La ruta que hoy iniciamos su descripción, la Senda Merinas, fue la segunda en diseñarse. Y la última de momento. Igual que la Real, permite echarse a andar desde las calles madrileñas, para alcanzar la Sierra de Guadarrama.
Lo hace con un singular trazado, que a fuerza de equilibrios e imaginación, logra sortear urbanizaciones, fincas privadas, campos de golf y toda una variada clase de instalaciones para, a través de vías pecuarias y viejos caminos rurales, llegar hasta el pie de Las Machotas, en las cercanías del Escorial.
Este mismo camino es el que utilizan las ovejas que todos los otoños nos recuerdan a los madrileños la existencia de las vías pecuarias. También alegran una mañana otoñal, al tiempo que reivindican la conservación de las vías pecuarias, una red de caminos que hace única a nuestra geografía, que está amenazada por las continuas invasiones que sufre su patrimonio.
Por este camino salen de Madrid rumbo a sus cuarteles de invierno.Y por él vuelven en la primavera en busca de los fértiles prados de la montaña.
La Senda de Merinas es una ruta que mide 53,5 kilómetros. Todos los años, desde que se inauguró hace tres, un grupo de apasionados de la caminata, la recorre al inicio de la primavera. Ellos hacen el camino en los dos días de un fin de semana. Aquí la vamos a segmentar en varias etapas más, con el fin de hacerla asequible a caminantes menos curtidos, pero con el mismo deseo de conocer un Madrid escondido y singular.
La etapa de hoy corresponde al paso por la Casa de Campo, doméstica tirada no exenta de interés, a pesar de su cercanía con la ciudad.El mejor lugar para su inicio es el Lago, a donde puede llegarse en metro. Hay que alcanzar la explanada situada al oeste de la masa de agua, donde existen varios campos de fútbol y atravesarla.En el lado opuesto y ya bajo la arboleda, se sitúa el restaurante La Cabaña del Narcea. Cruzar la carretera situada allí mismo y dirigirse hacia un visible puentecillo.
Cruzar el arroyo de Meaques, el más importante de cuantos cruzan la Casa de Campo. A su vera discurre un camino que es el que seguiremos. Allí mismo se localiza el primero de los paneles que señalan que es la Senda Botánica de la Casa de Campo, singular itinerario balizado, que permite descubrir el excepcional valor de este espacio.
El trazado original marcha por el paseo de los Plátanos, a la izquierda de esta senda, pero resulta más recomendable esta pequeña variante.
No se tarda en alcanzar una rotonda. Cruzarla en diagonal, rumbo al siguiente cartelón visible en la distancia. Así se alcanza la rotonda de los Toreros y enseguida un puente.
Sin cruzar el arroyo, seguir la senda y cruzar dos carreteras de acceso al Parque de Atracciones y al Batán. Al llegar a la tercera carretera, tomarla a la izquierda y luego seguir rumbo al cercano zoo. En este punto hay dos árboles monumentales: la Encina y el Roble del Puente de Hierro.
Recorrer la calle situada ante el zoo hasta su final. Aquí está la ermita de San Pedro. Tomar la ancha pista que arranca frente al templo, hasta la altura de un campo de futbito, donde hay que desviarse a la derecha. Aquí está el Puente de la Culebra, felizmente restaurado. Tras cruzarlo, alcanzar un espacio despejado en cuyo final está la cerca de Sabatini, punto final de este relajante paseo.
SENDA BOTANICA
Arroyo Meaques. Este interesante camino discurre junto al curso de agua más importante de la Casa de Campo. Se trata de una pequeña ruta balizada, cuyos carteles explican los principales árboles que existen en este espacio verde. Alamos, olmos, encinas, robles, fresnos, madroños e incluso tarayes son descritos con precisión, así como los ecosistemas donde viven.
ESPECIES SINGULARES
Zoo. La ruta pasa por la puerta del establecimiento y su visita es un buen complemento de la caminata. Ahora es la época más tranquila del año para contemplar toda clase de animales. Información.Zoo Aquarium de la Casa de Campo. Horario: Todos los días de 11 a 18 horas. Precios: Adultos, 14, 9 euros; niños 12,20 euros.Menores de 3 años gratis. Tel: 915 123 770.
MONUMENTOS HISTORICOS
Pistas. Del Palacio de los Vargas (hoy oficinas municipales) al puente de la Culebra (restaurado hace poco tiempo) en la Casa de Campo perduran varios monumentos de los muchos que tuvo antaño, como el puente de los Alamos, la fuente de los Tres Caños o la ermita de San Pedro, junto a los que pasa la ruta.
Comer. Restaurante El Urogallo, junto al Lago. (Tel: 915 262 369).